Diabetes. ¿Y ahora que?
Desde hacía algún tiempo sabía que algo no iba bien, estaba muy cansada, con muchísima hambre, sed y perdiendo 1 kg por día.
Lo llevé en silencio porque no quería preocupar a nadie, ocultando que cada paso que daba era más difícil que el anterior, sabiendo que en cualquier momento me iba a caer redonda en el suelo.
Pero llegó el día en que irremediablemente mi entorno se dio cuenta que la ropa que utilizaba me quedaba enorme, y tuve que empezar a utilizar cinturón porque los pantalones se me caían.
Cuando ya no lo pude ocultar más, accedí a visitar al médico para una revisión, pero mientras esperaba que llegara el día de la consulta, llegó a mis manos la revista que probablemente me salvó de un coma diabético. En ella aparecía un artículo donde explicaban perfectamente que era la diabetes y sus síntomas, y mira por donde, ¡¡yo los tenía todos!! así que mi primer diagnóstico lo realizó una revista.

A la mañana siguiente fui a la farmacia para medir mi glucemia, y el farmacéutico me dijo que fuera inmediatamente al hospital. Enseguida supe que no estaría allí unas horas y me iría a casa, ya presentía que tendría que permanecer ingresada durante varios días.
Y así fue, estuve una semana donde volví a recuperar parte del peso perdido, un tiempo para asumir que mi vida iba a cambiar para siempre, y en el que recibí mucho cariño por parte de los sanitarios que me atendieron, excepto por una de las enfermeras, que consiguió hacerme llorar desesperadamente, debido a su poca delicadeza y comprensión.
Por cierto, después de aquello ya no volvió a entrar en mi habitación. Mi abuela la cogió por banda y le cantó las cuarenta, porque nadie se merece ser tratado de esa manera en una situación tan difícil.

En su lugar llegó otra, mi ángel de la guarda, super cariñosa y dulce y a la que siempre agradeceré que me acompañara esos días.
Luego conocí a mi primera endocrina, una mujer que me ayudó a superarme sin presiones, y con toda la paciencia del mundo. Me pidió que me pinchara en el abdomen (hasta entonces solo había conseguido pincharme en la pierna, y no sé por qué, me daba miedo pinchar en esa zona). Me bloqueé y no me atrevía.
Entonces ella se sentó en mi cama y me dijo que lo hiciera cuando estuviese preparada, sin prisa, y que si era necesario ella se quedaría allí todo el día conmigo hasta que lo hiciera. Y lo decía muy en serio, porque no se iba 😂😂😂. Al final lo hice, con mucho miedo, pero lo hice.
Tras salir del hospital tuve que afrontar la segunda etapa. Me sentía perdida y no sabía como actuar en cada situación. Y de nuevo sentí el apoyo y el cariño de todo el equipo de endocrinología.
Les llamaba por las mañanas y antes de comer (por las noches no, porque ya no estaban 🤪)
No sabía como gestionar aquello, cuánto me tenía que pinchar estando con unas cifras o con otras, ¿qué tenia que hacer para hacerlo bien? 🤔
No solo me ayudaban, sino que me decían que siguiera llamándoles todos los días hasta que aprendiera todo lo necesario.
Fueron unos meses intensivos en cuanto a aprendizaje y uno super importante que aprendí es a llevar “siempre” zumo, caramelos, o cualquier otra cosa que te pueda sacar de una hipoglucemia en un momento dado, ya que no siempre tienes algún comercio cerca donde puedas comprar urgentemente lo que necesitas.
Y así fueron pasando los días y los meses, hasta que tres años después, debido a mi gran sensibilidad a la insulina, me recomendaron ponerme la bomba de insulina.
No lo tenía muy claro al principio, ya que tendría que está conectada las 24 horas a un aparato. Pero tras pensarlo muchísimo, nuevamente me armé de valor y seguí adelante. Fue un gran cambio, y para mejor.
Llevo 19 años conectada a ella, y aunque a veces es un poco pesada porque pita por todo 🙈🙉, es indispensable para mi día a día.
¡¡¡Y finalmente llegó lo más esperado!!! ¡¡¡Guauuuu, el sensor de glucosa con el casi no era necesario pincharse en los dedos!!! Esto ahora si que es vida, sabiendo hacia donde vas, si hacia arriba, hacia abajo, la velocidad con la que va a cambiar tu glucemia…
Si que es verdad que terminas yendo un poco tuneada, un pinchazo por aquí, otro por allá, la bomba por este otro lado…pero entre todos hacemos un gran equipo, con unos días mejores, otros peores, pero siempre juntos 💪💪